lunes, 8 de junio de 2015

Tres condenados por la apropiación de Florencia Laura Reinhold Siver

Una sensación de tranquilidad dejó el fallo del Tribunal Oral Federal Nº 5 contra los apropiadores de la nieta restituida Florencia Laura Reinhold Siver. Las penas para los imputados fueron las siguientes: ocho años de prisión para Juan Carlos Lavia, seis años y seis meses para Serafina Susana Marchese, y cinco años para el médico que firmó la partida de nacimiento falsa, Vicente Francisco De Luca, cuya matrícula fue inhabilitada por igual período.
“Quedamos muy conformes, teníamos expectativas más bajas”, afirmó la tía paterna de Florencia, Adriana Reinhold. “Lo importante es que la verdad que venimos sosteniendo hace tanto tiempo haya sido refrendada por un tribunal. Mi familia y yo agradecemos a Abuelas de Plaza de Mayo porque esto no hubiera sido posible sin Abuelas. Dentro de poco van a cumplirse cuatro años de que la encontramos a Florencia. Ella sabe que este fallo es importante y ahora comienza para ella otro camino, el de enfrentarse a la verdad”, añadió.
El presidente del TOF 5, Alberto Hergott, leyó el veredicto en la Sala Amia de los tribunales de Comodoro Py. En su escrito, los jueces subrayaron el carácter imprescriptible de los delitos juzgados durante el debate oral –por tratarse de crímenes de lesa humanidad– y postergaron la lectura de los fundamentos de la sentencia.

Una semana antes, en su alegato, la querella de Abuelas había pedido diez años de prisión para Lavia más la inhabilitación por igual tiempo de su matrícula profesional de médico –solicitud, esta última, a la que no hizo lugar el TOF 5. Para Marchese, su esposa, el pedido había sido de ocho años, mientras que para De Luca, el médico amigo de Lavia que suscribió la falsa partida de nacimiento, los abogados de la Asociación habían pedido una pena de seis años y seis meses más la inhabilitación durante ese tiempo de su matrícula.

sábado, 6 de junio de 2015

El lunes se conocerá la sentencia en el juicio por la apropiación de Laura Florencia Reinhold Siver.

Abuelas de Plaza de Mayo informa que el lunes 8 de junio, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 5 dará a conocer la sentencia en el juicio por la apropiación de Florencia Laura Reinhold Siver, que tiene por imputados a los apropiadores Juan Carlos Lavia y Serafina Susana Marchese, y al médico que firmó la partida de nacimiento falsa, Francisco Vicente De Luca.
La audiencia comenzará a las 9.30, en la Sala SUM (a confirmar) de los Tribunales de Comodoro Py 2002 (Retiro), con las réplicas de la defensa y las últimas palabras de los acusados. Luego, cerca del mediodía, se prevé que jueces Oscar Alberto Hergott, Adriana Palliotti y Daniel Horacio Obligado, den a conocer su veredicto.
El caso
Florencia es hija de Susana Siver y Marcelo Reinhold. El 14 de agosto de 1977, un grupo de personas armadas vestidas de civil a cargo del Servicio de Inteligencia Naval ingresó en el domicilio de la abuela Reinhold, en Haedo. Buscaban a Marcelo, pero no lo encontraron. Allí secuestraron a Susana, embarazada de 4 meses. Marcelo fue detenido horas más tarde en otro lugar y el matrimonio fue llevado a la Esma.
Por testimonios de sobrevivientes, se supo que el 15 de enero de 1978 Susana fue llevada al Hospital Naval de la ciudad de Buenos Aires, donde, por cesárea, nació su hija.
En marzo de 1982, las familias se acercaron a Abuelas para buscar al matrimonio y la beba.
La niña fue entregada por el médico represor de la Armada Aldo Clemente Chiappe al matrimonio Lavia-Marchese. Chiappe, en ese momento, prestaba servicios en la Esma, donde estuvieron detenidos Marcelo y Susana. Pero, además, era compañero de guardia de Lavia en el Sanatorio de la Unión Obrera Metalúrgica de Haedo.
En junio de 2011, una joven que siempre había tenido dudas accedió a realizarse voluntariamente los análisis de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos. El 1º de agosto de ese año, Florencia Laura Reinhold Siver recuperó su identidad.
Esperamos que nos acompañen en esta nueva búsqueda de Verdad y Justicia para nuestros hijos/as desaparecidos/as y nietos/as apropiados/as.
Para más información, visitar el sitio www.juicioporapropiacionreinholdsiver.blogspot.com.

Ciudad de Buenos Aires, sábado 6 de junio de 2015.

lunes, 1 de junio de 2015

Abuelas pidió 10 años para el apropiador Lavia y 8 para su mujer

Diez años de prisión más la inhabilitación por igual tiempo de su matrícula profesional de médico, tal fue la condena que la querella de Abuelas pidió hoy en su alegato para Juan Carlos Lavia, el apropiador de la nieta restituida Florencia Laura Reinhold Siver. Para Serafina Susana Marchese, su esposa, el pedido fue de ocho años, mientras que al médico amigo de Lavia que firmó la partida de nacimiento falsa, Vicente Francisco De Luca, los abogados de la Asociación pidieron seis años y seis meses más la inhabilitación por diez años de su matrícula.
Los letrados Alan Iud y Pablo Lachener leyeron el alegato. “La defensa, en este juicio, se ha limitado a esgrimir un supuesto desconocimiento del origen de Florencia Laura. No ha sido original la estrategia en ese sentido”, afirmó Iud.
Acto seguido, ambos detallaron el secuestro de Marcelo y Susana en base al relato de los testigos. Marcelo fue secuestrado junto con un amigo en Entre Ríos y Belgrano, en la Capital Federal, y Susana en la casa de los Reinhold en Haedo, circunstancias referidas además por la sobreviviente de la ESMA Sara Solarz de Osatinsky.
Desde su cautiverio, Marcelo pudo hacer una llamada a su familia. Uno y otra fueron detenidos clandestinamente en la ESMA, sometidos a torturas. Susana finalmente fue trasladada para dar a luz. El médico que la atendió decidió que lo hiciera por cesárea en el Hospital Naval, al término de la cual Susana y su hija fueron llevadas de nuevo a la ESMA y allí permanecieron unos 15 días. En este lapso, a Susana le hicieron escribir una carta para su familia que nunca llegó a destino, en tanto que Florencia Laura tardó 33 años para recuperar su identidad.
Sara Osatinsky recordó que no fue un parto normal, sino que le tuvieron que hacer una cesárea y que Susana y su beba permanecieron en la pieza de las embarazadas. Sara pudo reconocer a Susana por una foto que le mandaron a Ginebra, a donde la sobreviviente se había exiliado luego de liberada.
El parto de Susana fue resonante en la ESMA porque coincidió con el asesinato de Norma Arrostito. Otra sobreviviente, Lila Pastoriza, recordó que conoció a Susana el día que la llevaron a la ESMA. Otra, Alicia Tokar, también relató el parto y recordó que apodó a su beba “Lauchita” porque era chiquita. Y recordó al represor Héctor Febrés llegando con un moisés muy lindo para la nena, lo que le dio la pauta de que sería entregada a una familia importante.

La búsqueda
La querella de Abuelas continuó el alegato precisando que, luego del secuestro, las familias Reinhold y Siver hicieron todas las gestiones posibles para encontrar a Marcelo, Susana y Laura. Sentían desesperación por no saber dónde estaba la beba. Nadie les supo dar noticias de ninguno de ellos. En el transcurso de esta búsqueda, Adriana Reinhold recordó que su padre en 1978 recibió una llamada anónima diciendo “felicitaciones, usted es abuelo”.
Una vez confirmado el parto, la familia desesperó aún más. Angustia, ansiedad por no saber el destino de la niña. Las familias se acercaron a Abuelas de Plaza de Mayo y dejaron sus muestras en el Banco Nacional de Datos Genéticos.
Florencia también hizo su camino personal en esta búsqueda. Ella, durante su declaración, se refirió a una conversación que tuvo a los 21 años con su apropiador Lavia en la que éste le dijo que había posibilidades de que fuera hija de desaparecidos.
A Florencia, después, cuando ella misma quedó embarazada, la perturbó mucho la idea de que le pudieran sacar a su hijo y cayó en la cuenta de que ella había tenido una mamá y un papá. Más tarde, aportó su muestra al BNDG y en 2011 pudo saber su origen y conocer a su familia legítima.
Para Florencia fue shockeante ver el parecido físico con sus padres. A su tía Adriana lo primero que hizo fue acariciarle los rulos. Y poco a poco fue reconstruyendo la historia de sus padres, su militancia, su secuestro, y este juicio, según dijo Florencia, también es parte de esta reconstrucción.

Los hechos
Quince días después del parto de Susana Siver, el médico naval Aldo Chiappe le entregó la niña a Lavia y su mujer. El 10 de febrero de 1978 el matrimonio la inscribió como hija propia y nacida en domicilio. La inscripción fue ejecutada por Lavia pero fue avalada por su esposa y su amigo De Luca aportó su firma. Los imputados continuaron reteniendo a la niña hasta el día que el BNDG confirmó que en realidad era la hija de Marcelo y Susana.
“A Chiappe es el propio Lavia el que lo puso en escena”, puntualizaron los abogados de Abuelas. Ambos compartían trabajo en la clínica de la UOM de Haedo y la participación de Chiappe en el terrorismo de Estado está suficientemente demostrada.
Los Lavia siempre fueron concientes de los hechos. Desde el principio supieron que podía ser hija de desaparecidos. Por la guardia, Chiappe y Lavia compartían 24 horas cuatro días al mes. En este marco Chiappe le ofreció a la niña, que se la entregó en la calle en la zona de Belgrano.
Posteriormente, Lavia tuvo “terror” de lo que le pudiera suceder a él y a su mujer –tal como dijo en la etapa de instrucción–, por las sospechas de que ella pudiera ser hija de desaparecidos. Incluso contactó a Chiappe y éste le reiteró la historia de que había sido abandonada.
Hacia el 82, Lavia vislumbró concretamente que la niña podía ser hija de desaparecidos. ¿Por qué aceptó a una niña entregada en la calle? Él conocía las prácticas hospitalarias, está formado, instruido. Tampoco pudo dar cuenta de una sola gestión que hayan hecho para adoptar, tal como dijo que querían hacer. Lo que queda claro es que Lavia y Marchese decidieron callar.
La versión de Lavia de su diálogo con Chiappe se cae por su propio peso. Hay elementos para que se juzgue la conducta de Lavia como un delito de lesa humanidad. Hubo una ceguera voluntaria. Sacó ventaja por motivos personales. Los imputados se negaron a confirmar lo que sospechaban. Lavia era conciente de que su conducta delictiva sacaba provecho de la desaparición de los padres de Florencia Laura. Lavia y Marchese guardaron silencio 21 años. Este enfoque no es novedoso. El TOF 4 lo aplicó en el caso Baca-Mariñelarena. Casación viene receptando este criterio también.
Tanto Lavia como Marchese estaban en condiciones de saber lo que estaba pasando en la dictadura. Y más en democracia. Nadie le pide que se autoincrimine, sino que pusiera fin al delito.
La intervención de De Luca es menor. “¿Florencia es la nieta 105?”, le preguntó cuando se vieron con Lavia. Evidentemente, De Luca también se había representado hacía muchos años la posibilidad y a él, por tanto, aplica también la doctrina de la ceguera voluntaria.
Esto fue una desaparición forzada de persona y no hace falta indagar en si los imputados conocían el origen previo de la niña. La retención culminó el día que se develó la verdadera identidad de la víctima, y en esto no hay diferencias entre De Luca, Marchese y Lavia.
“La responsabilidad de dictar sentencia es de ustedes, los jueces. Fue la propia Florencia la que dijo que la Justicia debe determinar la responsabilidad de los Lavia”, concluyó el abogado Alan Iud, poniendo en alerta al tribunal para que con su fallo no revictimice a la víctima.

miércoles, 27 de mayo de 2015

“A los pocos días me entregaron una nena de menos de un mes”

Por infojusnoticias.gov.ar

Eso había declarado Juan Carlos Lavia en 2012 sobre la apropiación de Florencia Laura Reinhold Siver, por la que ahora está siendo juzgado junto a su esposa, Serafina Susana Marchese. En el juicio hoy declaró una tía de la joven, que vive en Israel. Por videoconferencia contó cómo era su cuñada, la mamá biológica de Florencia Laura. Luego dio su testimonio un médico propuesto por la defensa.


La espera de una madre desesperada, los secretos de un médico que descendió al horror y lo persiguen los recuerdos, y un embarazo que se desarrolló en las peores condiciones fueron algunos de los puntos sobre los que avanzó hoy el juicio por la apropiación de Florencia Laura Reinhold Siver. En el banquillo de los acusados están Juan Carlos Lavia y Serafina Susana Marchese, el matrimonio de civiles que la apropió, y Vicente Francisco De Luca, el médico amigo de Lavia que firmó el acta apócrifa de nacimiento. “Todos los testimonios fueron contundentes”, dijo a Infojus Noticias Pablo Lachener, el abogado de la querella representada por Abuelas de Plaza de Mayo. 
El lunes próximo alegarán la querella y la fiscalía. El martes lo hará la defensa y luego el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5 dará su veredicto. Florencia recuperó su identidad en agosto de 2011 y el martes pasado dio su testimonio.  
Santiago Colomer fue el primer testigo en declarar hoy. Fue novio de una de las hijas del médico militar Aldo Clemente Chiappe, señalado como el entregador de Florencia Laura a Lavia. Chiappe y Lavia compartían una guardia semanal en el sanatorio de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en Haedo. En el relato que Lavia dio a la justicia en 2012, cuando fue citado por la apropiación de Florencia, aseguró que le había contado a Chiappe que él y su mujer no podían tener hijos y que le habían sugerido adoptar. Y que fue entonces cuando Chiappe le dijo que podían darle “una criatura que habían dejado en el hospital Naval de La Plata”: “A los pocos días me entregó a la nena de menos de un mes”, recordó entonces. Aseguró que “nunca” dudó de la historia. Y agregó: “No tenía ni idea de lo que estaba pasando” en el país, en referencia a la dictadura cívico-militar.
Colomer contó que él supo de las actividades de Chiappe en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) porque, en las vísperas de la Navidad de 2003, el médico intentó suicidarse y en ese contexto les contó a sus hijos las cosas que había hecho ahí. Les dijo que estaba atormentado por los recuerdos de aquellos años. En ese centro estuvieron detenidos los papás de Florencia Laura: Susana Siver y Marcelo Reinhold, tras haber sido secuestrados el 14 de agosto de 1977. Entonces tenían 21 y 22 años, estudiaban Derecho y militaban en la JUP/Montoneros.
Después, desde Israel donde vive desde hace más de dos décadas, declaró Alicia Margulies de Siver. La mujer es viuda de Lito, el hermano de Susana. Por video conferencia contó cómo era Susana y cómo conoció a Marcelo. También describió cómo las dos estaban embarazadas al mismo tiempo y tenían planificados sus partos para enero de 1978. El recuerdo de la mamá de Susana estuvo presente cuando Margulies recordó que tras un llamado de Susana desde la ESMA, su madre no se despegaba del teléfono por si ella volvía a llamar. La desesperación y la angustia parecían palpables y tan fuertes como hace casi cuatro décadas. La descripción de Margulies fue la de un infierno en el que se vivía una angustia constante por no saber lo que había pasado ni con Susana, ni con la beba. El cuerpo de Marcelo apareció en noviembre de 1977 adentro de un auto incinerado, a un costado de la Panamericana.
Luego declaró el médico Juan Carlos Gesualdo, un testigo propuesto por la defensa, que trabajó con Chiappe y Lavia en el sanatorio de la UOM. El hombre, que entró a trabajar cuando Lavia y su mujer ya tenían a Florencia viviendo con ellos, no logró aportar demasiado y respondió con evasivas.
Testigo de la historia
Hoy Florencia, que declaró la semana pasada, volvió a estar presente en la sala, donde también estaban sus tíos Augusto y Adriana Reinhold y varios primos suyos y de su padre. Todos escucharon y vieron los videos con los testimonios que varias sobrevivientes de la ESMA –como Lila Pastoriza y Sara Solarz de Osatinsky- dieron al Tribunal N° 6 en el juicio por Plan Sistemático. La restitución de la identidad de Florencia se dio en 2011, en medio del debate judicial que terminó condenando a Jorge Rafael Videla –entre otros genocidas- a 50 años de prisión.
En ese juicio las sobrevivientes hablaron de Marcelo, de Susana y del embarazo que ella cursó en ese centro clandestino y la beba que tuvo, en el Hospital Naval de la ciudad de Buenos Aires.
Florencia sabe que nació el 15 de enero de 1978. Lo supo por los testimonios de esas sobrevivientes de la ESMA, que lo recordaban por que “esa madrugada fue la que mataron a (Norma) Arrostito. De mi mamá no se sabe más nada desde que me separaron de ella”, contó Florencia en su declaración. “Supongo que hasta febrero lo pasé con ella, que me pudo amamantar. Sé que me apodó “Lauchita”, porque era muy chiquita”, agregó. Susana también la llamó Laura y por eso Florencia, cuando cambió su identidad en 2011 se puso: Florencia Laura.
Florencia Laura tiene 37 años, es médica clínica, está casada y tiene dos hijos, un varón y una nena. Mantiene una buena relación con Lavia y Marchese y va construyendo un vínculo con su familia biológica.
Durante el juicio por Plan Sistemático también dieron su testimonio los responsables del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) que hicieron los análisis a Florencia. Esos testimonios fueron incorporados en este debate por escrito.
El lunes a las 9.30 comenzarán los alegatos de la querella y luego será el turno de la fiscalía. El martes lo hará la defensa y más tarde se conocerá el veredicto.

viernes, 22 de mayo de 2015

El martes continúan las audiencias del juicio por la apropiación de Florencia Laura Reinhold Siver

GACETILLA DE PRENSA
Ref. El martes continúan las audiencias del juicio por la apropiación de Florencia Laura Reinhold Siver
Abuelas de Plaza de Mayo comunica que el martes 26 de mayo, a las 9, en la sala SUM, se reanudan las audiencias del juicio por la apropiación de Florencia Laura Reinhold Siver, que tiene por imputados a los apropiadores Juan Carlos Lavia y Serafina Susana Marchese, y al médico que firmó la partida de nacimiento falsa, Francisco Vicente De Luca.
El caso
Florencia Laura es hija de Susana Siver y Marcelo Reinhold. El 14 de agosto de 1977, un grupo de personas armadas vestidas de civil a cargo del Servicio de Inteligencia Naval ingresó en el domicilio de la abuela Reinhold, en Haedo. Buscaban a Marcelo, pero no lo encontraron. Allí secuestraron a Susana, embarazada de 4 meses. Marcelo fue detenido horas más tarde en otro lugar y el matrimonio fue llevado a la Esma.
Por testimonios de sobrevivientes, se supo que el 15 de enero de 1978 Susana fue llevada al Hospital Naval de la ciudad de Buenos Aires, donde, por cesárea, nació su hija.
En marzo de 1982, las familias se acercaron a Abuelas para buscar al matrimonio y la beba.
La niña fue entregada por el médico represor de la Armada Aldo Clemente Chiappe al matrimonio Lavia-Marchese. Chiappe, en ese momento, prestaba servicios en la Esma, donde estuvieron detenidos Marcelo y Susana. Pero, además, era compañero de guardia de Lavia en el Sanatorio de la Unión Obrera Metalúrgica de Haedo.
En junio de 2011, una joven que siempre había tenido dudas accedió a realizarse voluntariamente los análisis de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos. El 1º de agosto de ese año, Florencia Laura Reinhold Siver recuperó su identidad.
El juicio
En esta audiencia declararán Alicia Siver, cuñada de Susana; Santiago Colomer y Verónica Chiappe, ex yerno e hija de Chiappe, respectivamente; y dos testigos de la defensa.
Las audiencias se desarrollan en la sala SUM de los Tribunales de Comodoro Py 2002 (Retiro) y pueden asistir los mayores de 18 años presentando un documento de identidad.
Para más información, visitar el sitio www.juicioporapropiacionreinholdsiver.blogspot.com.ar .
Esperamos que nos acompañen en esta proceso en busca de Verdad y Justicia para nuestros hijos/as desaparecidos/as y nietos/as apropiados/as.

Ciudad de Buenos Aires, 22 de mayo de 2015

martes, 19 de mayo de 2015

“Cada momento de mi embarazo me relacionaba con mi mamá”

Florencia Laura Reinhold Siver declaró frente al Tribunal Oral en lo Criminal Federal 5. Hoy empezó el juicio por su apropiación y la falsificación de su acta de nacimiento. Entre los acusados están sus apropiadores, Juan Carlos Lavia y Serafina Marchese, y el médico que firmó la partida apócrifa. Florencia nació en enero de 1978 en el Hospital Naval. “Hasta febrero lo pasé con ella, que me pudo amamantar. Sé que me apodó ‘Lauchita’”, declaró hoy.

(Infojus Noticias) 

Fue el embarazo de su primer hijo lo que a Florencia Laura Reinhold Siver le hizo hacerse decenas de preguntas sobre su identidad y sus orígenes. En ese momento “apareció por primera vez la idea de que había una madre y un padre. Cada momento de mi embarazo me relacionaba con mi mamá”, declaró hoy frente al Tribunal Oral en lo Criminal Federal 5, que juzga su apropiación y la falsificación de su acta de nacimiento. Entre los acusados están sus apropiadores, Juan Carlos Lavia y Serafina Marchese, y Francisco De Luca, un médico amigo de Lavia que firmó la partida apócrifa.
Florencia es bellísima, tiene un hablar delicado y se ríe con dulzura. Tiene 37 años, es médica clínica, está casada y tiene dos hijos. Desde que era una nena supo que era adoptada y a los 21 se enteró de que podía ser hija de desaparecidos. Y si con su primer embarazo comenzaron a surgir tantas dudas con su identidad, después del segundo empezaron a responderse.
Durante el primer embarazo, sintió que “necesitaba saber, pero a la vez tenía temor de abrir la caja de Pandora”, contó hoy. La angustia que tenía la llevó a ir a terapia y, por consejo de su psicóloga, se acercó a la sede de Abuelas de plaza de Mayo. Preguntó por el examen de ADN. Habló con un abogado, dejo su nombre de pila y un teléfono y se fue. No volvió más. “La sensación de ser yo la que destapara la olla, me resultó muy pesada”, contó. Eso fue en 2007, 2008, según recordó ante las preguntas de la fiscalía a cargo de Pablo Parenti y Miguel Palazzani y la querella de Abuelas. “Básicamente decidí: ‘Esto no lo puedo hacer . Hasta que ellos no estuvieran más”. Ellos eran Lavia y Marchese, que hoy la miraban desde el banquillo de los acusados. Florencia mantiene una buena relación con ellos.
En 2010 Florencia tuvo a su segunda hija. Las preguntas se repitieron, pero no volvió a Abuelas. En junio de 2011, mientras se preparaba para festejar el primer cumpleaños de la beba, sonó el teléfono. “Me llamaron de Abuelas, del área de investigación”, declaró. Arregló para encontrarse al día siguiente en un bar. Ahí le contaron que había denuncias y sospechas de que podía ser hija de desaparecidos. “Yo estoy prácticamente segura de serlo”, les respondió.
“Yo hasta acá llegue. Hasta acá puedo llegar a protegerlos”, dijo que pensó cuando decidió que era hora de “reconstruir el rompecabezas que había sido mi vida”. Fue al hospital Durand para hacerse el examen de  ADN y en agosto la llamaron para decirle que había dado positivo. Entonces supo que sus papás habían sido Susana Siver y Marcelo Reinhold. Eran dos estudiantes de Derecho de la Universidad de Buenos Aires que militaban en la JUP/Montoneros. Fueron secuestrados el 14 de agosto de 1977. Susana continúa desaparecida. El cuerpo de Marcelo apareció asesinado a un costado de la Panamericana, adentro de un auto, en noviembre de aquel año.
Parte de esa historia la reconstruyó con la carpeta que le entregaron en Abuelas, con recortes y fotos. “Fue muy shockeante”, declaró y a través de sus tíos maternos y paternos, sus primos, y de Luisa, su abuela paterna, la única a la que pudo conocer.

La noche que mataron a Arrostito
Florencia sabe que nació el 15 de enero de 1978. Lo supo por los testimonios de sobrevivientes de la ESMA, que lo recordaban por que “esa madrugada fue la que mataron a (Norma) Arrostito. De mi mamá no se sabe más nada desde que me separaron de ella”, contó. “Supongo que hasta febrero lo pasé con ella, que me pudo amamantar. Sé que me apodó “Lauchita”, porque era muy chiquita”, agregó. Florencia nació por cesárea en el Hospital Naval de la ciudad de Buenos aires, adonde su mamá fue trasladada desde la ESMA, donde estaba detenida junto a Marcelo.
En los primeros días de febrero de ese año, Florencia fue entregada a Laiva y Marchese. Se las dieron en una calle de Belgrano, según se desprende del testimonio de Laiva, que hoy declinó de declarar, por lo que fue leída su versión de 2012. El médico cirujano de 70 años contó entonces que con su esposa habían tenido problemas para tener hijos, pero que los estudios diagnosticaron que no había ningún impedimento físico. Por eso les sugirieron que adoptaran un bebé.
Él contó esa situación en el sanatorio de la UOM de Haedo, donde trabajaba, y fue ahí que un compañero, el médico militar Aldo Clemente Chiappe, le dijo que podían darle “una criatura que habían dejado en el hospital Naval de La Plata”: “A los pocos días me entregó a la nena de menos de un mes”. Aseguró que “nunca” dudó de la historia. Y agregó: “No tenía ni idea de lo que estaba pasando” en el país, en referencia a la dictadura. Marchese apoyó todos los dichos de su marido en un escrito que presentó en 2012 y negó todo tipo de relación con las fuerzas militares.
El argumento de De Luca frente a la justicia también fue desconocer lo que sucedía durante la dictadura cívico-militar y aseguró que, cuando fue a conocer a la beba que había adoptado su amigo Laiva, como él era obstetra, se ofreció a firmarles el acta de nacimiento. El documento apócrifo sostenía que Florencia había nacido el 10 de febrero en la calle Honduras de Capital Federal y que sus padres biológicos eran Marchese y Laiva, a pesar de que desde que ella tenía cuatro años ya le contaron que era adoptada.
Cuando Florencia tenía alrededor de 21, Laiva, que atravesaba un tratamiento de quimioterapia, volvió de una de las sesiones y le dijo que le preguntó si sabía quiénes eran las Abuelas de Plaza de Mayo. “Él me dijo que él creía que yo podía ser hija de desaparecidos. Y si alguna vez quería completar mi historia, empezara por ahí. El momento fue raro. Me impactó”, contó Florencia, que entonces no avanzó con el tema. Sobre la responsabilidad de Laiva y Marchese, Florencia aseguró: “Yo decidí que sea la justicia la que decida la participación que tuvieron ellos”.
Adriana Reinhold, su tía paterna, declaró después de ella. Contundente, dijo que le parecía “perverso” haber delegado en Florencia la decisión de averiguar cuales podían ser sus orígenes.
La mujer contó cómo en 1982 reconstruyeron por testimonios de sobrevivientes el nacimiento de Florencia y cómo empezaron a buscarla. También habló de la relación que intentan construir  desde que se reencontraron y del 2 de agosto de 2011, cuando recibió el llamado de Estela Barnes de Carlotto.
“Yo tenía que declarar en Plan Sistemático y me llamó y me dijo: ‘Adri, te tengo que contar algo. ¿Estás sentada? Le dije que no y me dijo ‘anda a buscar un lugar para sentarte”, relató emocionada. Carlotto esperó que se sentara y le dijo: “Encontramos a tu sobrina”. Adriana se empezó a reír y a llorar. Trabaja en el Ministerio de Desarrollo Social y salió para la sede de Abuelas. “Estoy a seis cuadras de la sede, pero me tomé un taxi y como me pareció que tardaba mucho me bajé y fui corriendo”, contó.

Después declararon Augusto Reinhold, hermano de Marcelo, y dos primos. El debate se reanudará el martes próximo a las 9 con la declaración vía conferencia desde Israel de una tía política de Florencia.

Empezó el juicio por la apropiación de Florencia Reinhold Siver

Es la nieta recuperada 105 y hoy será la primera en declarar ante el TOF 5 en el juicio por su apropiación y falsificación de la partida de nacimiento, en el que están imputados los apropiadores Juan Carlos Lavia y Serafina Marchese y el médico Francisco Vicente De Luca.

(Fuente: Infojus Noticias)

Florencia Laura Reinhold Siver nació el 16 enero de 1978, en el Hospital Naval de la ciudad de Buenos Aires. Pero eso no lo supo hasta el 2 de agosto de 2011. Ese día se convirtió en la nieta 105 restituida por Abuelas de Plaza de Mayo y recuperó su identidad. Hoy será la primera persona en declarar frente al Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5, en la sede de Comodoro Py en el juicio por su apropiación y falsificación de su partida de nacimiento, en el que están imputados sus apropiadores - un matrimonio de civiles- y el médico que firmó el acta. “Este juicio es algo muy representativo y concreto a la vez. Yo ni lo soñaba, en algún momento había perdido hasta las esperanzas”, dijo a Infojus Noticias Adriana Reinhold, tía paterna de Florencia Laura.
Además de Florencia Laura en el debate oral y público, que se extenderá durante cuatro o cinco audiencias, declararán unas diez personas, entre ellas sus tíos Adriana  y Augusto Reinhold, dos primos de su papá, y una tía materna. La querella estará representada por Abuelas de Plaza de Mayo.
En la causa se investigan los delitos de “sustracción, ocultación y retención de un menor de diez años, en concurso ideal con los delitos de falsificación ideológica de documento público y supresión del estado civil de un menor de diez años”. Los imputados son los apropiadores de Florencia, Juan Carlos Lavia y Serafina Susana Marchese, y Francisco Vicente De Luca, el médico que firmó la partida de nacimiento falsa. El entregador fue Aldo Chiappe, quien ya falleció.

El secuestro de los padres de Florencia
Florencia Laura es hija de Susana Siver y Marcelo Reinhold, dos militantes de Montoneros secuestrados el 14 de agosto de 1977. Esa tarde, mientras uno de los tíos paternos de Florencia preparaba una despedida de solteros juntos  a sus amigos, un grupo de personas armadas, vestidas de civil, entró en la casa de los padres de Reinhold, en la localidad bonaerense de Haedo. Estaban a cargo del Servicio de Inteligencia Naval y buscaban a Marcelo, que no estaba ahí en ese momento. Secuestraron a Susana, que estaba embarazada de  cuatro meses. El grupo de tareas que comandó la operación estaba a las órdenes del capitán de navío Luis D'Imperio, alías "Abdala".
Unas horas más tarde sí detuvieron a Marcelo, que estaba junto a su amigo Alejandro Roberto Odell. Ellos dos y Susana fueron trasladados a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Susana y Marcelo o “Susanita” y  "Chelo", como muchos les decía, militaron primero en la Juventud Universitaria Peronista, en el Centro de Estudiantes de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), hasta que llegaron a Montoneros. Cuando se los llevaron él tenía 22 años y ella 21.

El parto clandestino de Susana
En la ESMA Susana fue sometida a trabajo esclavo hasta que el domingo 16 de enero de 1978 empezó con dolores de parto. El médico Jorge Magnacco, que atendía los partos clandestinos en ese centro de detención, estaba de vacaciones por lo que el capitán de navío Raúl Scheller, alías "Mariano",  fue a buscar al jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Naval, quien diagnosticó que había que hacerle una cesárea.
Susana fue trasladad desde Núñez hasta el hospital en Parque Centenario, donde tuvo a su beba. La llamó Laura, pero cariñosamente le decía “lauchita”, porque era muy chiquitita. Estuvieron juntas entre 10 y 15 días. Durante ese tiempo, Susana estuvo esposada a una cama con rejas.
Unos días después del parto, la familia Reinhold recibió un llamado que atendió el papá de Marcelo. Le dijeron “felicidades, abuelo”, contó Adriana. Ese fue el primer indicio de que el embarazo de Susana había llegado a término.
Pocas horas antes de ser trasladada, a Susana le dijeron que la nena iba a ser entregada a sus abuelos. Ella les escribió una carta, pero la beba nunca llegó a estar con ellos. Ese día el prefecto Héctor “Selva” Febres les dijo a las demás detenidas embarazadas en la ESMA que se llevaría a la beba.  A la noche de ese día, a Laura se la llevó Carlos Gaitán, el jefe de guardia apodado “Pedro Bolita”.

El médico Aldo Chiappe, el entregador
La niña fue entregada por el médico represor de la Armada Aldo Clemente Chiappe al matrimonio Lavia-Marchese. Chiappe, en ese momento, prestaba servicios en la ESMA, donde estuvieron detenidos Marcelo y Susana, pero además, era compañero de guardia de Lavia en el Sanatorio de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM)  de Haedo. “Ese lugar –por el sanatorio de la UOM- es a una cuadra y media de la casa de mis padres”, explicó Adriana. Esa no fue la primera “cercanía” que unió a Florencia Laura con su familia. La casa de Adriana, en Ramos Mejía, está a quince cuadras de donde se crio y vivió su sobrina desde que tenía un año hasta que se casó, hace casi diez años. “Me impresionó cuando lo supe, no podía creer que estuvimos tantos años a tan pocas cuadras, quizá hasta nos hayamos cruzado”, explica a Infojus Noticias.
En 2011 cuando recibió el llamado de Abuelas de Plaza de Mayo que le informaba sobre la restitución de su sobrina, no podía creerlo. “Yo en algún momento había perdido las esperanzas de encontrarla”, confiesa.
Desde 1982 la familia Reinhold sabía que Susana había parido una nena. Porque si el primer indicio de que el embarazo había llegado a término fue aquel llamado telefónico, el segundo fue el retorno de la comisión de Madres y Abuelas que viajó a Ginebra. “Ahí una testigo da cuenta de que había estado con ella –por Susana- y de que había tenido una beba”, agregó Adriana. Desde entonces empezaron a buscarla. Se acercaron a Abuelas y comenzaron un largo camino en el que supieron muchos datos del nacimiento y los primeros días de vida de la bebe, pero nunca tuvieron pistas sobre quién o quienes podrían haberla apropiado.

Una búsqueda de 30 años
En junio de 2011 Laura llegó hasta la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, adonde había sido convocada ante las dudas que había sobre su origen. “Ella ya había ido antes a la sede de Abuelas, unos cuatro o cinco años antes de esa citación de 2011. Fue a indagar porque tenía dudas sobre su identidad, pero no se hizo el análisis, ni dejó datos, ni nada. Le pesaba lo que podía pasar con lo que para ella son sus padres de crianza y para mí, sus apropiadores”, contó Adriana.  Convocada por Abuelas, Florencia se hizo el análisis de ADN y los resultados arrojaron que pertenecía al grupo familiar Siver- Reinhold.
"Felizmente Laura, que siempre tuvo dudas sobre su identidad, accedió a realizarse voluntariamente los análisis de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) en junio de este año, a través de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI)", relató entonces Estela de Carlotto, titular de Abuelas.
Florencia conoció a sus tíos, primos, y a su abuela Luisa Bermúdez, la mamá de Marcelo. La mujer vive, pero no declarará durante el juicio. La relación entre la joven y su familia es cíclica desde entonces. “Para resguardar el vínculo, el juicio es necesario. Ella tiene que escuchar lo que pasó en ese ámbito (por el de la justicia”, agregó Adriana.
Susana continúa desaparecida y Marcelo fue asesinado. Fue sacado de la ESMA en noviembre de 1977. Su cuerpo fue encontrado dentro de un Renault incendiado. Estaba en el kilómetro 34 de la Panamericana, acceso Pilar. En el auto, junto a Marcelo, había tres cuerpos más. Estaban tan carbonizados y mutilados que no pudieron ser identificados.

Para Adriana, que ya declaró en varios juicios y ahora deberá hacerlo nuevamente, el juicio es una especie de cierre. “No es fácil llegar a este punto, pero es muy necesario”, asegura.